LA REAL CASA DEL LABRADOR (Parte II)
POR FREDERICK COOPER
Como señalé anteriormente, una particularidad de la realización arquitectónicas de la Casa del Labrador fue que su ejecución fue progresiva, constantemente modificada y estuvo sometida a las cambiantes iniciativas de Carlos IV respecto a una decoración que fue haciéndose cada vez más compleja y opulenta, a medida que la influencia de las obras palaciegas francesas fueron creando referencias que las monarquías y las aristocracias europeas y aun coloniales pugnaron por imitar – o superar. Esta movilidad aporta a mi juicio a la obra tal como se encuentra actualmente una virtud excepcional, el hecho que no obstantes haberse proyectado, diseñado, decorado y amoblado a lo largo de un período histórico tan turbulento como el que se vivió a finales del siglo XVIII y a comienzos del XIX, indiscutiblemente esa inestabilidad social y cultural impuso a sus autores una destreza proyectual y formal que, antecediendo a las circunstancias que ahora nos agobian, pero encarando las de entonces con una gran habilidad profesional y un maduro sentido de lo estético, engendraron una continuidad profundamente original y desafiante.
THE ROYAL HOUSE OF THE LABRADOR (Part III)
By Frederick Cooper
As I pointed out earlier, a peculiarity of the architectural realization of the House of Labrador was that its execution was progressive, constantly modified and was subject to the changing initiatives of Carlos IV regarding a decoration that became increasingly complex and opulent, as that the influence of French palatial works were creating references that European and even colonial monarchies and aristocracies struggled to imitate – or surpass. In my opinion, this mobility contributes to the work as it currently stands an exceptional virtue, the fact that despite having been projected, designed, decorated and furnished throughout a historical period as turbulent as the one experienced at the end of the 18th century and at the beginning of the 19th century, unquestionably, this social and cultural instability imposed on its authors a design and formal skill that, preceding the circumstances that now overwhelm us, but facing those of that time with great professional skill and a mature sense of aesthetics, engendered a deeply original and challenging continuity.