EL ARQUITECTO GASTÓN ESPEJO ZAVALA, FUNDADOR DEL GRUPO ESPEJO, CON MÁS DE 50 AÑOS DE ACTIVIDAD PROFESIONAL ATESORA MILES DE ANÉCDOTAS Y RECUERDOS QUE LE PERMITEN VIVIR ACTIVAMENTE EL PRESENTE. SIN EMBARGO PARA ÉL, MÁS ALLÁ DE LOS RECONOCIMIENTOS PROFESIONALES, LA COHESIÓN Y CALIDEZ DE SU HOGAR SE HAN CONVERTIDO EN EL SOPORTE  FUNDAMENTAL DE SU MEJOR OBRA.

Reconocido profesionalmente, inmensamente querido por su familia y respetado por quienes lo conocen, desde la experiencia de sus años, ¿cómo repasa su vida profesional?

Mi vida profesional está signada por diferentes etapas, en cada una de las cuales, he disfrutado del apoyo, de aquellos que me han acompañado, asesorado o dirigido. Siempre en un clima de creatividad y armonía. El inicio de mi carrera se efectuó en instituciones privadas y luego públicas, donde gracias a la presencia de profesionales de muy alto nivel, pude introducirme en la realidad de la práctica profesional. Cuando formé parte de compañías de gran actividad en los rubros de consultoría y construcción de proyectos de arquitectura y urbanismo, las responsabilidades allí asumidas significaron una larga etapa, cuyos recuerdos guardan fieles amistades y felices logros en proyectos de gran amplitud, duración y reconocimiento.

Adicionalmente, participé durante un período relativamente corto, pero muy motivador en la enseñanza del diseño arquitectónico, campo que lamento no haber cultivado con la intensidad que hubiese deseado. Actualmente el grupo está empeñado en la inversión inmobiliaria, presidida por mi hijo Alberto.

Siendo joven se decidió por estudiar en la  universidad de ingeniería para ser arquitecto  sin imaginar las satisfacciones que le daría su  elección, ¿qué recuerdos marcan su trayectoria  profesional?

El paso por la facultad de arquitectura urbanismo y artes de la UNI, estuvo plagado de claroscuros: desde el desconcierto de las primeras experiencias en ella, hasta el profundo reconocimiento a los excelentes profesores y a la satisfacción por los logros y amistades obtenidos. Durante mi práctica profesional tuve ocasión de participar en una compañía constructora (Flores y Costa) en una oficina privada de arquitectura (Colmenares y Payet), y luego en instituciones públicas (Ministerio de Fomento y Obras Públicas, Cooperación Popular, Ministerio de Vivienda y Cryrza), logrando en todas ellas experiencias que marcaron mis futuros intereses. Desde 1970 formé parte de dos compañías dedicadas a la consultoría y construcción, en unión con reputados profesionales que me significaron maestros y amigables compañeros.

La intensidad de esos años me permitió conocer una diversidad de problemas, lugares y anhelos, repartidos en todo el territorio de nuestro país, muchos de los cuales permanecen en mi memoria como actuales, pese a que algunos han sido felizmente superados.

Pasemos a su obra más importante, y seguramente más de una remembranza llega a su mente, pero no quería referirme a algún proyecto o trabajo, háblenos de su familia .

La formulación de una familia fue, desde temprana edad, un objetivo primordial en mi vida; afortunadamente creo que ha constituido el mayor de mis éxitos, tanto por el valor individual de cada uno de sus miembros, como por la cohesión obtenida, incluso hoy, cuando los nietos y sus padres han pasado a ser parte de la misma; no solo por su proximidad, sino por el cariño que le da calidez a nuestras relaciones.  

Mi familia no es una creación personal, sino esencialmente de mi esposa, quien marca el clima antes descrito. Y de mis dos hijos, que con su vigor y sensibilidad han creado, todos ellos, un remanso de paz y alegría donde moramos.

Hace 50 años fundó el Grupo Espejo, hoy la empresa se convirtió en una de las más importantes del país, imaginó usted disfrutar de este presente.

Más que disfrutar, agradezco vivir el presente activamente: tratando de utilizar mi experiencia al nivel que exigen los tiempos, y mantener la creatividad suficiente para responder en forma adecuada a los retos del diseño actual, que ciertamente ha incorporado elementos cuya importancia debemos saber valorar.

¿Qué cambió en la arquitectura de mitad del siglo pasado hasta hoy, cómo vislumbra el futuro de la orden en el país?

 La arquitectura ha pasado de ser una labor dirigida a determinados sectores, a extenderse como una necesidad generalizada, por la importancia de su intervención en el logro de un medio ambiente sostenible donde se desarrollen apropiadamente las funciones y necesidades humanas. Hecho que ha calado profundamente en el interés del público y multitud de instituciones especializadas.

Muchas gracias por su tiempo y por atendernos, conversar con usted es una manera de agradecerle por su trayectoria, que, haciendo un juego de palabras con su apellido, sirve de espejo para muchos. Finalmente, ¿qué consejo le daría a quienes se inician en la profesión?

El futuro de la orden debería encaminarse en el servicio de privilegiar el acceso de sus miembros, a una información oportuna, actualizada y digitalmente estructurada, que amplíe sus posibilidades de intervenir en los diferentes estratos de las decisiones públicas. Todo ello en beneficio directo de la totalidad de la sociedad.

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